
Nuestro objetivo es guiar y acompañar a los pacientes en el camino de la cura de sus sufrimientos más íntimos y personales, tomando como principal insumo sus propias experiencias de vida.
Al contrario de la esparcida creencia de que las personas que reciben tratamiento por salud mental, sea éste psicológico o psiquiátrico, suelen haber sufrido algún trauma afectivo que haya marcado su infancia, tener un grado de locura evidente o alguna enfermedad ya diagnosticada como esquizofrenia o bipolaridad; los síntomas mentales son más comunes y recurrentes de lo que podríamos imaginar y tienen la posibilidad de aparecer en el trayecto vital de cualquier persona y a cualquier edad. La vida puede ser desafiante en sí misma y presentar obstáculos inesperados que nos interpelan cognitiva, fisiológica y emocionalmente independiente de qué tan sanos hayamos sido anteriormente o qué tan resueltos nos sintamos.
Estos desafíos, su alcance e importancia, son los que pueden llegar a provocarnos malestar psicológico y una gran variedad de expresiones físicas y emocionales de este sufrimiento. Y si podemos enfermar en cualquier momento de la vida ¿Qué hace que esto le ocurra a algunas personas y a otras no? Todos somos susceptibles a padecer alguna patología mental de menor o mayor gravedad, pero para que esto suceda deben conjugarse una multiplicidad de factores relacionados a nuestra manera de ser: quiénes somos, nuestra historia personal, cómo formamos y mantenemos las relaciones con los demás y con nosotros mismos, qué caminos hemos decidido recorrer en nuestras vidas y cuáles son nuestras expectativas al respecto; son algunas de entre muchas las variables que determinarán cómo y de qué nos enfermamos, qué tan grave es nuestro problema y que profesionales nos podrán ayudar en nuestro tratamiento. Si bien en la actualidad existe gran variedad de tratamientos para los malestares psicológicos o mentales, en nuestro centro nos alineamos solamente con el acercamiento serio, respetuoso y científico de la enfermedad mental, lo que necesariamente excluye toda terapia alternativa sin sustento de una disciplina establecida, ya sea experimental o aplicada, y siempre orientados por el respeto e infinita curiosidad por la experiencia única e irrepetible del paciente.
Pero ¿Cómo saber si estoy frente a una enfermedad o a un malestar que no requiere atención profesional? Las respuestas a estos desafíos que en nuestras vidas aparecen son muy variadas y están en relación a quién es qué vive esta situación. Un síntoma mental puede tener expresiones emocionales diversas como sentimientos de angustia, ansiedad, pena o desesperanza, sensaciones de estrés, miedo al futuro, vergüenza exacerbada, etcétera. También se pueden presentar respuestas fisiológicas o cognitivas como nerviosismo, falta de ánimo, falta de apetito o apetito descontrolado, desatención, sensaciones corporales extrañas, síntomas físicos, disfunciones sexuales, etcétera.
El denominador común es que estos sentimientos o sensaciones interfieren en nuestro desarrollo como personas y toman un rol central en nuestras vidas. Todas estas situaciones que hemos enumerado tienen distinto nivel de gravedad y es tarea de un profesional entrenado distinguir y evaluar el real impacto de estos, y si se configuran como un trastorno o como una respuesta esperada a determinada situación.
Entonces ¿Cuándo pedir hora a un psicólogo o a un psiquiatra? Si tienes duda sobre tu estado de salud cualquiera de los dos profesionales podrá orientarte de buena manera para evaluar la necesidad de tratamiento y los pasos a seguir. Si estás sufriendo alguno de los síntomas que hemos descrito, asistir a un psicólogo o psiquiatra indistintamente, será un paso seguro hacia tu recuperación.
Dicho esto podemos diferenciar entre los dos tipos de tratamientos de una manera muy simple: El tratamiento psiquiátrico está basado en el uso de fármacos para disminuir la sintomatología de una enfermedad mental en su fase aguda y eventualmente cambiar la forma de sentir de la persona utilizando el manejo de los neurotransmisores y hormonas de nuestro cuerpo y cerebro. El tratamiento psicológico está basado en el cuestionamiento y revisión de las circunstancias que sostienen y dan origen al malestar, para solucionar y sanar desde la vida práctica y concreta el sufrimiento. Si bien ambos tratamientos pueden ser complementarios en ciertas situaciones, no siempre son necesarios los dos. En nuestro centro encontrarás la orientación y tratamiento necesario para tu problema.
Con todo lo antes dicho, y desde la comprensión de la salud y enfermedad mental de nuestro centro, es que las expresiones psicológicas o síntomas son entendidos como indicadores: señales inscritas en nuestro cuerpo, con un origen y desarrollo histórico que a veces es más claro y legible que en otras ocasiones, pero que requieren de un cuestionamiento y ordenamiento para sanar. Estos sentimientos que sostienen nuestro sufrimiento están ligados directamente con nuestra vida concreta y experiencias emocionales significativas, lo que las hace especialmente sensibles y a la vez un lugar de trabajo y de reconocimiento propio. Nuestro objetivo es guiar y acompañar a los pacientes en el camino de la cura de sus sufrimientos más íntimos y personales, tomando como principal insumo sus propias experiencias de vida.
